En este mes patrio
Exhiben arte plumario en
el Museo del Ferrocarril de Tulancingo
Luis Felipe López Monroy
Tulancingo,
Hgo., 3 de Septiembre de 2007.- Cecilia Marroquín Franco,
directora de
Museos
Municipales en compañía de Rolando Montes Obregón, Coordinador
General de Desarrollo Social de
este municipio, dieron inauguraron la extraordinaria exposición
denominada “Arte
Plumario”
De
origen prehispánico y según dicen en proceso de extinción, el arte
plumario es creado por el último artista de plumería (amanteca)
es don Gabriel Olay de Tlalpujahua, Michoacán, quien hizo chimallis
(escudos) e imágenes religiosas con la misma técnica usada por los
antepasados y algunos artesanos de Pátzcuaro.
Gabriel
Olay Olay, pertenece a una de las cinco generaciones de la familia Olay
que se ha encargado de mantener la producción de trabajos con plumas y
con popotes. Él y su hijo son probablemente los únicos que actualmente
aplican el arte plumaria en cuadros.
Además
de plumas, utiliza, cartón, cuero o lámina de cobre, cera de Campeche,
ácidos, una mesa y sillas de madera, herramientas "hechizas"
como la "pata de cabra", fierro cocido y tijeras.
Marroquín Franco, señaló que esta muestra es parte
de una gran obra que se ha
presentado en importantes sitios
culturales de la republica Mexicana
y que ahora los Tulancinguenses y visitantes podrán conocer
de manera gratuita, explicó que el término Amanteca
viene de la voz náhuatl "amantla" que se refiere al barrio de
Tenochtitlán, donde se concentraban y formaban los creadores de arte
plumario como una comunidad independiente, utilizaban gran variedad de plumas de
aves provenientes de
diversas regiones como son:
quetzal, colibrí, papagayo, tordos, lorillos, garzas, patos por citar.
El
arte plumario ha sido desarrollado en todas partes del mundo, algunos
ejemplos: grupos humanos de África y Oriente, en algunas islas del pacífico
como Hawai y también Perú. Las plumas se usaban en atuendos para
distinción de clases sociales, religiosas y de poder.
En
el México mesoamericano se utilizaban los copillis (penachos) para las
danzas de diferentes grupos. Cada pluma tenía que ser ganada con la
lucha diaria para así poderla portar con dignidad. Cada pluma
significaba sabiduría, pero sabiduría del ser humano completo, el
valor y el respeto. En lo espiritual las plumas limpian el aire que
respiramos y funcionan como antenas receptoras de la energía vital de Xiutecutli (El Calor Celeste).
Después
de la invasión europea el arte plumario de México se desarrolló en imágenes
religiosas, quienes la desarrollaron con mayor amplitud fueron los
Mexicas, Tlaxcaltecas y los Purepechas. Estos tres grupos destacaron
tanto por su alta producción, como por una increíble calidad artística
por usar plumas muy coloridas. A estos grupos los anteceden los Mayas,
quienes también confeccionaron grandes copi-llis(penachos) como en las
figuras pintadas en los murales de Bonampak.
Dos fueron las técnicas principales empleadas por los artífices indios
del arte plumario, según lo narra fray Bernardino de Sahagún, quien
nos dice al respecto: " la primera manera de trabajar consiste
en fijar las plumas con engrudo sobre la capa interior, para terminar así
la obra... La segunda manera consiste en ejecutar el trabajo y darle fin
con ayuda de hilo y bramante ". Por lo que, dicho en otras
palabras, conocían el trabajo de enlazado de plumas y el de mosaico
propiamente dicho. Según recuerda Ferrán de Pol, varios objetos de
arte plumario, entre ellos el precioso penacho que se encuentra en un
museo de Viena, Austria, fueron realizados armando plumas largas y uniéndolas
en un cañón por medio de un hilo sujetador.
En
la época prehispánica símbolos de riqueza, fertilidad, poder y
belleza, se les llamaba "sombra de los dioses" y quienes las
usaban se asociaban a la divinidad. En la mitología nahua, las deidades
más importantes se identificaban con las aves más hermosas: Quetzalcóatl
era una serpiente recubierta de plumas de quetzal, Huitizilopochtli se
relacionaba directamente con Huitzili-Huitl, el colibrí. Coatlicue.
Después de haber sido fecundada mediante un sortilegio por "una
pelotilla de pluma como ovillo de hilado", dio a luz a un poderoso
dios (María y Campos 1993:27).tiene su origen en la época
prehispánica y cuyo mayor esplendor se remonta hacia el reinado del
tlatoani mexica Ahuizotl (1486-1502).
Las
plumas también fueron objetos de tributo, tanto de la materia prima
como de productos elaborados. Debido a su enorme valor, estas servían
de moneda y de ofrenda para los dioses. Los artesanos de la pluma, o
amantecas, se tenían en alta estima y ellos las transformaban
en prendas de vestir para dignatarios y guerreros.
No
es difícil imaginar el asombro de los conquistadores al encontrarse tal
riqueza en la indumentaria: mantas decoradas, huipiles bordados, ceñidores,
atavíos de los dioses, capas, divisas, rodelas, abanicos y tocados,
doncellas decoradas con plumas en la fiesta de Toxcatl y, destacando
entre todos estos, los caballeros-águila, vestidos totalmente de pájaros.
En
nuestros días, solamente persiste el uso de las plumas en la
indumentaria femenina en los huipiles de boda de las mujeres de Zinacantán,
Chiapas. Se usan también como decoración en los tocados de los
danzantes de Oaxaca donde se baila la Danza de la Pluma, o los
espectaculares de los "charros" de Tlaxcala, aunque el uso de
las plumas en estos adornos tiene un sentido completamente diferente al
original.
Las plumas eran
símbolo de poder y belleza. De hecho las deidades más importantes
se identificaban con las aves hermosas como el caso de Quetzalcoatl o Serpiente
Emplumada o Huitzilopochtli
o colibrí.
Después
de la conquista, el arte plumario tuvo grandes transformaciones en la
elaboración de objetos y
temas que se realizaban. Desaparece la necesidad de confeccionar
vestiduras ceremoniales, penachos, brazaletes, abanicos y escudos para
elaborar imágenes de santos e indumentaria
religiosa.
Marroquín
reiteró la invitación a
conocer esta exposición fuera de serie, quienes visiten dicho
museo podrán
apreciar: Una Virgen de Guadalupe,
un
paisaje tradicional, un escudo nacional
y deidades de la cultura Mexicana, por citar parte de la
obra elaborados
con plumas de aves.
Finalmente
calificó la llegada de la
obra como muy atinada
con el mes patrio que se inicia
para preservar
nuestras raíces e identidad como mexicanos. El arte plumario
es una expresión que en la actualidad sobrevive
como una de las tradiciones nacionales
gracias al trabajo de hombres dedicados y empeñados a
conservarlo como es el caso del maestro Gabriel Olay Olay.
Gerardo
Murillo, el famoso doctor Atl, consideraba en 1928 que el arte plumaria
había desaparecido. Si bien es cierto que este arte, quizá el más
esplendoroso del mundo prehispánico decayó casi hasta morir, también
lo es que una antigua familia de amantecas radicada desde hace mucho en
Tlalpujahua, Michoacán, ha mantenido vivo este tipo de arte a costa de
un gigantesco esfuerzo.
Así,
Gabriel Olay Olay y Guillermo Barrientos, padre e hijo respectivamente,
con su obra y sus manos han impedido que la aseveración del doctor Atl
se cumpla.
www.tulancingo.com.mx
|