DISCURSO DEL C. GOBERNADOR MIGUEL ÁNGEL OSORIO CHONG, DURANTE EL HOMENAJE DE CUERPO PRESENTE DE DON JORGE ROJO LUGO

DISCURSO DEL C. GOBERNADOR MIGUEL ÁNGEL OSORIO CHONG, DURANTE EL HOMENAJE DE CUERPO PRESENTE DE DON JORGE ROJO LUGO

Señor Presidente de la Junta de Gobierno del Congreso Local Diputado Roberto Pedraza Martínez.

Señor Presidente del Tribunal Superior del Estado, Magistrado Valentín Echevarria Almanza.

Señoras y señores Diputados del Congreso del Estado; Señoras y señores Magistrados del Poder Judicial.

Señoras y señores Legisladores Federales; Señoras y señores Presidentes Municipales.

Saludo con respeto a los familiares de Don Jorge Rojo Lugo. En particular a sus hijos Isabel, Javier, Jorge, José Antonio, Silvia Alejandra, Georgina y Carolina.

Saludo con respeto y afecto a todos sus amigos y a todos aquellos que en alguna etapa de su vida formaron parte su equipo de trabajo y del quehacer cotidiano de Don Jorge Rojo Lugo.

Hidalgo y los hidalguenses estamos de luto. Hoy los tres poderes del estado, y el pueblo hidalguense en forma solemne rendimos un merecido homenaje al hombre que ha dejado un importante legado de trabajo, de servicio, de pasión y calidad humana.

Rendimos un respetuoso homenaje al licenciado Don Jorge Rojo Lugo, quien falleció el día de ayer.

Hoy nos reunimos en este espacio del Poder Legislativo, sus familiares, sus amigos y la sociedad hidalguense, para recordar a quien se nos adelanta, pero también para dejar en claro que Don Jorge Rojo Lugo permanecerá en el recuerdo y en la memoria de todos nosotros.

Don Jorge, un hombre lleno de virtudes, de espíritu generoso y noble; un hombre inteligente, al que de manera genuina le importaba la gente. Siempre supo entregarse con pasión, decía las cosas de frente, siendo amigo cercano, solidario y leal.

Contaba con sólidos valores, entre otros, el respeto, el trabajo, la amistad, la solidaridad, la confianza y el amor por su tierra, valores que se reflejaban a través de sus prácticas y sus actos cotidianos.

Como servidor público fue siempre un hombre de hechos y realizaciones; quienes fueron sus colaboradores refieren que siempre fue un jefe respetuoso, visionario y exigente.

Era gentil y firme; afable y educado. Siempre tenía tiempo para quien se lo solicitaba y su liderazgo no se fundaba en una posición jerárquica, sino que se sustentaba en la disposición de escuchar, de atender, explicar o instruir.

Consideró siempre a la función pública como un verdadero privilegio, que tenía que ser dignificado de manera permanente, haciendo buena política y ligando discurso con acciones y trabajo con resultados.

Como político, vivió siempre comprometido con su tiempo y su circunstancia. Con hechos, y con profundo amor a Hidalgo, forjó una etapa muy importante de la historia de nuestro estado.

En su gestión como gobernador, exploró con agudeza la realidad, trabajó en su presente a favor de la unidad y desplegó empeño y dedicación para proyectar el futuro, también en unidad.

No hay duda, en cada uno de los 84 municipios de nuestro Estado, existe y está vigente el trabajo fecundo, creativo, comprometido de Jorge Rojo Lugo.

La gente siempre fue su prioridad; pero es importante destacar y darle el espacio el peso específico en su quehacer, al empeño que puso para lograr e impulsar la estabilidad de los campesinos por medio de la certeza en la tenencia de la tierra; hechos y logros que sin duda fueron reconocidos por el entonces Presidente de la República, quien lo designó Secretario de la Reforma Agraria, y ahí siguió desarrollando un amplio trabajo por lograr (en todo el país) la justicia social en las mujeres y hombres del campo mexicano.

El quehacer político precisa nutrirse con obras y acciones de aquellos que fueron capaces de construir en su tiempo mejores oportunidades, y proyectar con mayor seguridad un futuro, que es hoy nuestro presente.

El quehacer político precisa nutrirse hoy y todos los días en acciones, pensamiento y obras como las de Don Jorge Rojo Lugo, que forjaron a nuestro estado e impulsaron la unidad de nuestro pueblo.

Con hechos siempre honró el gran ejemplo de su padre, Don Javier Rojo Gómez, de quien heredó entre otros valores, su tenacidad, trabajo y amor por México.

Como él, con trabajo, con verdad y con pasión por nuestra tierra, tenemos el gran reto de seguir construyendo juntos una mejor historia para Hidalgo, una historia de la que él es orgulloso constructor.

Hoy y siempre recordemos al hijo, al hermano, al amigo, al padre, al político, al gobernante, al priísta, al estadista, al hidalguense Don Jorge Rojo Lugo.

Su ausencia reafirma en nosotros un referente: la vida es una oportunidad para trascender; así lo hizo Don Jorge Rojo Lugo.

Su recuerdo y legado nos acompañarán por siempre, sin duda éste será un ejemplo para muchas generaciones de hidalguenses.

Los hidalguenses nos unimos solidariamente a la pena que embarga a todos sus familiares.

Honremos siempre a Don Jorge Rojo Lugo, un hombre de instituciones, un ejemplo para todos, un hombre que entregó y que dio todo por su querido estado de Hidalgo y por México.