FRANCISCO ANTONIO DE PEREDO Y PEREYRA. Primer Diplomático Insurgente.

Nació en Actopan, Hgo., por 1775.  En la Ciudad de México recibió las órdenes menores a principios del siglo XIX, y en 1809 el arzobispo de México ordenó se le procesara pues su vida inspiraba algunas sospechas. Sabiendo esto, huyó hacia Estados Unidos de Norteamérica y viajó por Portugal donde fue recibido por los reyes con benevolencia.

Al conocer el movimiento iniciado en Dolores, Gto., regresó a México y fue recibido por el virrey Venegas, quien lo comisionó para representarlo en algunos asuntos en España, mas no realizó esa comisión, pues fue procesado por la inquisición al encontrársele documentos que lo comprometían como conquistador contra el gobierno virreynal, aunando a ello que había dicho públicamente que derribaría a balazos la estatua de Carlos IV por ser un rey estúpido e indigno de la admiración de sus vasallos. A pesar de su defensa talentosa, fue condenado por "hereje, apóstata y partidario de la independencia" y sentenciado a destierro perpetuo de España y sus colonias.

Permaneció seis meses en la cárcel de la Inquisición, después en La acordada, y enfermo fue internado en el convento de San Diego, de donde se fugó en enero de 1813, para adherirse en Tlalpujahua al ejército de don Ignacio López Rayón, que le dio el grado de coronel.

Ahí, atrajo la confianza de la Junta Revolucionaria y, cuando López Rayón intentó entablar relaciones con las potencias extranjeras, el 5 de abril de 1813 se le nombró Embajador ante los EUA, con la comisión de pedir ayuda para el sostenimiento de la guerra de independencia; a la vez tendría que tener contacto con el embajador de Haití y con el arzobispo de Baltimore. Llevaba además una carta de López Rayón para el Presidente de los EE.UU.

Aquí hay dos versiones históricas: Una nos narra que de Misantla se embarcó para llegar a Boston, e hizo el viaje a Filadelfia entonces sede del gobierno de los EE. UU., y que se ignora el resultado de su gestión, pero se sabe que regresó a México y sus papeles cayeron en manos de los realistas al ser muerto en la toma de Zacatlán, Puebla, el 25 de septiembre de 1814. La otra versión es que no pudo cumplir con la comisión debido a la disolución de la Junta cuando Sultepec fue tomado por los realistas; y que se dirigió a Zacatlán para pedir a Osorno los auxilios indispensables para verificar su embarque por Nautla o Tecolutla; pero habiendo caído este lugar en poder de las fuerzas del virrey, y después de solicitar ayuda inútilmente a Nicolás Bravo y a Mariano Matamoros, renunció al viaje y regresó a Zacatlán donde, en 1814 llegaron los realistas y en una acción hicieron múltiples prisioneros de importancia, entre quienes se contaban al presbítero y diputado Crespo y Rodríguez Alconedo, y entre los muertos al parte realista hizo constar a Peredo y Pereyra, lo que fue una equivocación, ya que en 1816 se le encontraba acompañando a Herrera en su viaje a EE. UU.

(T. MANZANO: Dicc. Biográfico del Estado de Hidalgo. JOSE MARIA MIQUEL I VERGES: Dicc. de Insurgentes. DICC. PORRUA de Historia, Biografía y Geografía de México).

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